Medusa

Medusa

lunes, 14 de febrero de 2011

La venganza del suicida sin retorno



Lo único que voy a decir sobre este escrito es que, por suerte, ese sentimiento de odio ya se desvaneció de adentro mío. Ya se fue, ya murió, no existe. Pero existió.
"Yo destruyo a mis enemigos haciéndolos mis amigos" Abraham Lincoln

Aquí estoy, dragón de mil cabezas
Esperando entre las sombras, esperándote.
El segundo perfecto aguarda en mis flacos dedos
Y la sangre que me nutre pide verte morir.
Entre las sombras te espero, cual cazador azteca,
Con los ojos lagrimeantes y la sed del vengador.
Ya no tengo miedo, aunque estoy temblando,
Mi cuerpo tirita de frio esperando poder atacar.
¿Es que acaso te volviste cobarde?
¡Tus palabras no me afectan!
Soy tu hijo y sos mi padre, eso ha de terminar.
No servirán tus suplicas, loco asesino parlante
Ya verás cuando el débil grita, lo fuerte que puede gritar,
Te mataré lentamente, para que sangres tus pecados,
Te ataré a mi furia sin dejarte respirar.
Serás solo carne y sangre, porque me comeré tus huesos,
Crujirán tus entrañas entre mis dientes del mal.
Ya sabrás, ya entenderás mi bronca,
Ni el más santo de los santos me perdonará.
Tan solo sigue durmiendo, soñando que estas a salvo,
Sigue, y disfruta tu tiempo,
Que ya se acerca el final.

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