Bienvenidos a la boludez!

Me inspiré en el sabor agridulce de mi querida Buenos Aires.


Bienvenidos a la boludez,
Al engranaje mal aceitado,
La ciudad en estado de alerta;
Muriendo y matándote, nena,
Enterrándonos en la paranoia
Y el cerebro apagado.
¿No sabes por qué corres?
Yo tampoco.
Pero te sigo, nena, los sigo a todos.
Tristes corceles de mortadela,
Repugnante vicio de sed metálica;
Yo también sufro.
A mí me pasa lo mismo.
Buenos Aires nos quemó, mi amor.
Tu cara chorrea polvo
¿Te aprieta el jean?
¿Te duelen los ojos?
No te olvides de brillar;
Es útil y cuesta poco.

Mírelos

Allí van, mírelos,
Entre la oscuridad, reunidos entre las sombras,
Con sus pantalones de levante, con sus camisas a rayas,
Todo un espectáculo, deténgase, quédese a echar un vistazo.
Sirva a sus ojos con algo inédito, un acontecimiento único,
Algo espectacular, una ruptura en su rutina.
Obsérvelos, ellos no piensan en nada,
Van en grupos y se ríen,
Se descojonan, se atacan.
Piensan que su vida no vale la pena,
Que usted fue mal agraciada.
No tenga miedo, señora, sírvase de otra perspectiva,
Su imagen cautivará su mirada.
¡Quédese le digo!
Preste atención a sus caras,
Ellos, como usted, están vivos:
Respiran, odian, aman.
Su pensamiento nunca entendieron,
Su religión consideran chatarra,
Su rouge no les eriza un pelo,
hoy vuelven de día a su casa.
Ellos darán su show, han salido para eso,
Y usted, ¿Qué hará esta noche?
Mirarlos
Y luego a la cama…

Cambio

"Todo depende del cristal con que se mire"


Firme, despierto,
alerta, inspirado,
cercano, dispuesto.
El tigre ha asomado cabeza,
los pájaros iniciaron su vuelo.
¿Dónde iré?
¿Qué será de mis días?
Aventura, fuego, futuro,
ave que renace
encendida entre luces.
¿Vendrás a visitarme?
¿Te conoceré?
Rayo, disparo, paz,
optimismo, yo,
usted, mis ojos,
mis manos,
corremos, saltamos,
un sentimiento por segundo,
una sonrisa adelantada,
¿Tendrás tiempo para ver?
¿Entenderás de qué hablo?

Un hombre

Un día más en el planeta tierra me empujó a escribir esto.


Un hombre hace:
Un hombre va, un hombre viene,
Come, duerme, se viste,
Se da un baño, se afeita,
Va a trabajar.
Pero vuelve, un hombre vuelve:
Llega a su casa, piensa, se preocupa,
Enciende un cigarro, lo apaga,
Lo pisa, corre al monitor.
Un hombre también siente envidia,
Toma pastillas para ir a dormir.
Porque es un hombre ocupado,
Para relajarse, volver a existir.
Un hombre pasa toda su vida ocupado,
Encerrado en el tiempo,
Pensando en el minuto.
Un hombre hace todo, todo lo que puede hacer:
Crece, se desarrolla, se multiplica,
Crea religiones, estados, banderas…
Sólo que a veces un hombre
Se olvida alguna que otra cosa
Y la rellena con la otra cosa
Que siempre supo hacer:
Un hombre no sintió,
Un hombre no siente.

Cada ojo un mundo.

Hubo un día en que padre e hijo, luego de no verse por años, mantuvieron una charla frente a frente en un bar. Entre sus escasas palabras, todas manchadas de alcohol y mentiras, dijeron algunas verdades que disfruté casualmente escuchar. Hablaron de todo un poco, de todo menos de ellos, pero el debate sobre la vida fue lo que predominó. Esa discusión anónima para el mundo, pasó a mi anotador, presente pero ignorado, y transcribí esas frases que atisbé a subrayar. Conclusión: Inconclusa hasta el momento.


-¡Allí está! ¡Corre!
Atrapa la felicidad.
Siéntela en tus manos,
Respírala, que te queme.
¡Da un salto a los cielos!
Todo es posible,
Sólo tienes que brillar.
-¿¡Es que te has vuelto loco!?
El mundo es un lugar temible,
Siniestro de habitar.
Sus creaciones son esclavistas
Y su amor de capital.
¡Deja ya de soñar!
Si apenas eres sólo uno
Despierta de una vez,
Joven idiota.
Vive más años...
De eso se trata.
Sigue existiendo,
ya entenderás.

Condena

Nunca podré atarte a mí. De todos modos, tampoco tengo con qué hacerlo... Gloriosa sea la vida mientras nos llene de cambios positivos y nos libere del estancamiento sentimental en el tiempo.


Por siempre ausente,
Distante como los sueños,
Lejos…
Para que nunca pueda atraparte,
Como una presa fugitiva,
Escapaste, te perdí.
En otros brazos está tu sueño,
Lo que buscaste nunca fui yo,
Tu aroma se escapó con el viento,
Tus fotos se borraron,
Tu beso se esfumó.
Allí estarás, sólo en mis recuerdos,
Tu imagen ya me es nublosa,
Mi sentimiento quedó.
Vuela lejos, amor,
Tu camino ya fue marcado,
Seguiré cometiendo pecados,
Seguiré anhelando tu voz.
Hasta la tumba conservaré mi vicio,
La derrota pronto me aplastará.
Mi cerebro quedará sin aire,
Y mi corazón…
Él sólo aprendió a amar.

Si me muero...

Hubo una vez alguien que sintió que iba a morir pronto y tomó decisiones en base a ello. Una de ellas, quizás la más importante, fue escribirte esta carta que me dejó para darte en mano. Al día siguiente se suicidó. Ahora creo que te está esperando...


Si me muero no estés mal,
Si me muero no llores,
Seguro voy a andar cantando,
Andaré desnudo recogiendo flores.
La muerte para mí no es trágica,
Que no lo sea para vos entonces,
Ya verás, quizás sea más guapo,
¡Hay quienes dicen que seré más joven!
No te lamentes amor,
Cuando vos mueras te estaré esperando,
Juntos saltaremos en resortes,
Si hay jacuzzi me baño a tu lado.
Nadie sabrá de lo nuestro,
Pocos verán el desorden,
Si hay ángeles reirán con nosotros,
Y si reina la locura
¡Mejor entonces!
Te voy a decir “Te amo”
Como nunca te dije antes,
Hablaremos con otros muertos,
¡Les diremos que somos amantes!
No te preocupes amor,
La muerte no es nada malo,
Hoy me voy y te dejo esta carta,
En otra vida nos encontramos…